8 de marzo de 2024. Las mujeres se adueñaron de las calles para marchar un año más.

La reunión fue en la estela de luz en Chapultepec, Ciudad de México. A mediodía cuando las asistentes comenzaron a pintar y decorar las pancartas y carteles que llevarían consigo.

La organización comenzó con Alessandra Rojo de la Vega y su colectiva No es una somos todas al frente de un megáfono para hacer partícipes a víctimas y familiares de víctimas. Las madres que subieron junto a Alessandra dieron testimonio de sus casos,  exigían justicia y un lugar en dónde llorarle a sus hijas.

Alicia García. Somos todas. CDMX, 8 marzo, 2024.

Alicia García. Abrazo de todas. CDMX, 8 marzo, 2024.

Las madres al borde del llanto, con rostros llenos de tristeza y sed de justicia, se pronunciaban. La multitud de mujeres que las escuchaban, gritaban el nombre de la víctima seguido de un: “tu madre está en la lucha”.

–Y que no se nos olvide: ¿qué buscamos?– Vociferaba Rojo de la Vega. 

–¡Justicia!, ¡justicia!, ¡justicia!– replicaban las mujeres.

Alicia García. ¿En dónde están?. CDMX, 8 marzo, 2024.

–¡No es una!– gritaba Alessandra

–¡Somos todas!– respondían las niñas y mujeres reunidas.

No es una somos todas se organizó de tal forma que primero caminaba la lona principal, sostenida por sus dirigentes; seguidas de las víctimas y familiares de víctimas de feminicidio, maternidades e infancias, mujeres con discapacidad y cuidadoras, batucada y, al final, el resto de las mujeres.

Alicia García. Hasta tener justicia. CDMX, 8 marzo, 2024.

Alicia García. Justicia para Alma Lilia. CDMX, 8 marzo, 2024.

La marea violeta avanzó sobre paseo de la reforma mientras algunas de las asistentes entonaban: “¡Alerta!, ¡alerta!, ¡alerta que camina la lucha feminista por América Latina!”, y otras contestaban: “¡y tiemblen, y tiemblen, y tiemblen los machistas que América Latina será toda feminista!”

Alicia García. La fuerza de la marea. CDMX, 8 marzo, 2024.

La marcha continuó por avenida Juárez, Eje Central Lázaro Cárdenas y avenida 5 de mayo hasta llegar al Zócalo de la Ciudad de México. La voz de todas era una sola en cada consigna que gritaban. 

Alicia García. Mujeres luchando. CDMX, 8 marzo, 2024.

Durante el trayecto se encontraban mujeres demostrando su arte, desde organilleras, violinistas o body painters. Todas con una sonrisa, fervorosas por mostrar su arte y amenizar el trayecto de las colectivas.

Alicia García. La artista. CDMX, 8 marzo, 2024.

Llegó la recta final de la marcha. Fue en la torre del caballito cuando se encontraron más de 10 contingentes. Se hizo uno solo. Era también el encuentro entre las que continuaban su paso al zócalo y las que regresaban de ahí. Una verdadera oleada de mujeres, de pañuelos y bengalas moradas. Todas se acompañaban y procuraban. Las asistentes no dejaban de gritar o cantar, en cada paso que daban las acompañaba una consigna.

“¡Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal!”

“¡Mujer, hermana: aquí está tu manada!”

Alicia García. Manada morada. CDMX, 8 marzo, 2024.

El ocaso abrasador acompañó a las mujeres y niñas durante su llegada al Zócalo. La Plaza de la Constitución estaba llena de mujeres sentadas en el suelo, algunas descansando, comiendo, abrazando a sus compañeras, platicando entre risas y llantos, algunas otras hacían ronda de micrófono abierto para contar sus experiencias.

Alicia García. Amor de morras. CDMX, 8 de marzo, 2024.

Alicia García. La resistencia. CDMX, 8 marzo, 2024.

Frente al palacio nacional se prendían las bengalas de humo morado, mientras las mujeres dejaban en el suelo carteles y pancartas que llevaban consigo. La plancha del Zócalo era testigo del amor entre mujeres, de las historias que lleva cada una en su rostro, lágrimas y de la fuerza de su voz.

Alicia García. Sin olvido. CDMX, 8 marzo, 2024.