Con el corazón latiendo allegro, las mujeres han tomado el control de sus propios ritmos demostrando en cada golpe que sí, las mujeres también hacemos ruido.  La música se está transformando en un sitio al que cualquiera puede llegar, un refugio de sueños y deseos que luchan por salir a la luz tras haber estado aprisionados desde las sombras en un circuito históricamente dominado por hombres.

Encuentro en el Gato

Domingo 10 de agosto, Gato Calavera, 13:00 hrs. Las puertas se abren para dar inicio al Segundo Encuentro de Mujeres Bateristas. Sin duda el evento más esperado por todas aquellas mujeres músicas, y sobre todo, por todas las bateristas.

Conferencia de prensa del Segundo Encuentro de Mujeres Bateristas | Foto: Dayana R. Sedano

Organizado por la baterista Mariela Sánchez, el evento reunió, además de percusionistas, a músicos, periodistas, personas comunes, a cualquiera que quisiera disfrutar de la música. Todo estaba listo para que ocho bateristas subieran al escenario no sólo a dar cátedra de su instrumento sino también a hablar de sí mismas, de su trayectoria como músicas, de los problemas que han  enfrentado, incluso de situaciones de machismo que las marcaron de forma personal.

Reona Sugimoto, Alexia Orozco, Yoli Moreno, Ilse Santana, Gaby Ortiz, Xiadani Ayotitla, Aime Drum y Michelle Pantoja fueron las ocho seleccionadas para esta segunda edición de Las Mujeres También Hacemos Ruido. Con un groove contundente nos llevaron desde el clásico rock con compáses tradicionales hasta el invaluable jazz con sus impresivas métricas irregulares, pasando por el punk experimental, el rock alternativo, el metal progresivo e incluso un poco de regional mexicano.

El encuentro no se limitó únicamente a las presentaciones, pues también hubo bazar, conferencias, exposiciones y marcas –como Moose, Gemes M-3, Trako, Aquarian y Fire Beat– que se sumaron a este espacio de talento, convivencia y sororidad.

Hagamos ruido

¿Cómo surgió esta idea de reunir mujeres bateristas? 

“A veces una se queda pensando: ¿a poco no hay más mujeres bateristas?” Mariela nos cuenta que en un inicio quería conocer a más bateristas así que, inspirada en el mapa de músicas de Karina Cabrera para el portal Sonoridad, empezó a buscar mediante redes sociales perfiles de mujeres percusionistas con la idea de crear un catálogo virtual. 

En ese momento se dio cuenta de la falta de visibilidad que tienen las mujeres dentro del universo musical, y más particularmente en la batería. Si reflexionamos al respecto es cierto: ¿quiénes son los principales referentes cuando hablamos de bateristas? Buddy Rich (percusionista de jazz), Ringo Starr (The Beatles), John Bonham (Led Zeppelin), Neil Peart (Rush), Danny Carey (Tool), Mike Portnoy (Dream Theater). 

Pero por qué no se nos viene a la mente Viola Smith, pionera entre las mujeres bateristas y gran inspiración para futuras generaciones como Meg White (The White Stripes). Karen Carpenter, fundadora de The Carpenters y reconocida en 1975, con tan solo 18 años, como una de las mejores percusionistas del mundo. O Javiera Farías, baterista de la Orquesta del Festival de Viña desde los 19 años.

Los espacios han existido, pero lamentablemente las mujeres no habíamos podido ocuparlos…. Hasta ahora.

¿Por qué es importante (y necesario) darle visibilidad a las mujeres en el arte?

“Porque por muchos años no se hizo”, responde Mariela, y es justamente esa falta de visibilidad y reconocimiento lo que la motivó a realizar el Primer Encuentro de Mujeres Bateristas en marzo de 2025. Con baquetas en mano y un nuevo objetivo, Mariela decidió que aquel lugar de encuentro debía seguir creciendo porque son muchas las bateristas, tantas que sería injusto limitar su participación a una sola edición.

¿Qué sigue?

“Que no termine”, que esto siga generando ruido porque estos espacios nos los hemos ganado a pulso, con cada golpe en el parche, con el corazón latiendo a beats per minute y una meta guiada por una pasión común: que nos escuchen. Mariela busca que esto crezca, que los encuentros de mujeres bateristas sean cada vez más grandes porque la comunidad musical es inmensa, universal y porque sí, las mujeres también hacemos ruido.

“Hasta que se acaben las bateristas, aquí voy a estar”.