A cien años de su nacimiento recordamos a una de las voces más poderosas de la literatura mexicana, y a una de las primeras mujeres en abogar por la presencia de la mujer en la cultura. Escritora, periodista y diplomática mexicana, Rosario Castellanos abrazó la causa feminista desde diversos ámbitos intelectuales en los que dejó un legado. No por nada es considerada una de las pioneras del feminismo en México, así como una de las literatas más importantes del siglo XX.

Meditación en el umbral

“Me regaron dolor, como a una planta. Me abonaron con culpa, me pusieron en sombra, me helaron. Y después me dijeron: crece, florece, da fruto” (Meditación en el umbral, Rosario Castellanos).

Nacida el 25 de mayo de 1925 en la Ciudad de México, fue la hija mayor del matrimonio entre César Castellanos y Adriana Figueroa. Rosario vivió desde su infancia hasta gran parte de su adolescencia en Comitán de Domínguez, en el estado de Chiapas, donde tuvo un profundo acercamiento a la realidad indígena, ya que fue criada por su nana Rufina, una mujer de la cultura maya-tzeltal. La escritora vivió en carne propia las tensiones entre terratenientes e indígenas, pues creció dentro de lo que conocemos como “familia conservadora”.

En su novela Balún Canán publicada en 1957, Rosario retrata de cierta forma parte de su vida. Ejemplo de ello es el personaje de Mario, pues se especula que estuvo inspirado en su propio hermano Benjamín, quien falleció a los siete años, al igual que el niño en la historia. Además la primera y última parte de la novela está narrada a través de los ojos de una niña de quien nunca conocemos su nombre, aunque quizá el nombre de esa niña sea “Rosario”.

Tras la muerte de sus padres en 1948, Rosario comenzó a sentir una necesidad urgente de autoexpresión. Así fue que migró a la Ciudad de México, donde realizó sus estudios en filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México. En 1950 obtuvo el grado de maestría con la tesis Sobre cultura femenina. Más tarde, realizó el posgrado en estética y estilística en la Universidad de Madrid.

Como periodista, Rosario publicó sus escritos en diversos medios como la Revista Antológica América, además colaboró como escritora en el diario mexicano Excélsior. Fue promotora del Instituto Chiapaneco de la Cultura y del Instituto Nacional Indigenista; además se desarrolló como secretaria del PEN Club, una asociación mundial de escritores fundada en 1921 en Londres, para promover la cooperación intelectual entre poetas, ensayistas y novelistas de todo el mundo. Entre 1954 y 1955, fue becada por la Fundación Rockefeller en el Centro Mexicano de Escritores. Se desempeñó como docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en la Facultad de Leyes en Chiapas, y en las universidades de Wisconsin, Bloomington y Hebrea de Jerusalén.

En 1985 durante su estancia en el Instituto Nacional Indigenista de México, se casó con el profesor de filosofía Ricardo Guerra Tejada, con quien tuvo a su único hijo: Gabriel Guerra Castellanos.

Como promotora cultural trabajó en el Instituto de Ciencias y Artes de Tuxtla Gutiérrez en Chiapas, y dirigió el Teatro Guiñol del Centro Coordinador Tzeltal-Tzotzil. Dentro de la UNAM, también trabajó como titular de la Dirección General de Información y Prensa de 1960 a 1966.

Su destreza para interpretar problemáticas sociales la llevó a ocupar cargos políticos y diplomáticos, fue embajadora de México en Israel en 1974, año en el que falleció en un accidente doméstico a la edad de 49 años.

Entre los premios más importantes que obtuvo están el Premio Chiapas, por Balún Canán (1958), y dos años después el Premio Xavier Villaurrutia, por Ciudad Real. Entre otros galardones destacan el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (1962), el Premio Carlos Trouyet de Letras (1967) y el Premio Elías Sourasky de Letras (1972).

Artista, no musa

Se inició en la literatura como poeta, con obras como Trayectoria del polvo (1948), De la vigilia estéril (1950), y Poesía no eres tú (1972), las cuales la consolidan como una de las voces poéticas más importantes del siglo XX en México. Al respecto, el último título mencionado es una antología de su obra poética y el poema homónimo  es un manifiesto feminista clave en la literatura mexicana.

“Poesía no eres tú, porque tú eres tan solo una figura de mi deseo. […] No eres tú la poesía. Eres tan solo el pretexto, el señuelo. Poesía soy yo” (Poesía no eres tú, Rosario Castellanos).

En este poema, Rosario invierte los roles y afirma su voz propia como mujer creadora. Son versos que rompen con la tradición de la poesía amorosa en la que la mujer había sido representada como objeto de deseo y musa del poeta. El amor romántico, en ocasiones, puede ser un obstáculo para la identidad propia.

Su primera novela Balún Canán, junto con su primer libro de cuentos Ciudad Real y su segunda novela Oficio de Tinieblas, firman la trilogía indigenista más importante en la narrativa mexicana. Recordemos que Rosario abordó dos aspectos que hasta entonces se habían trabajado con una perspectiva sesgada o simplemente no habían sido tratados literariamente: la mujer y lo indígena.

Un cielo sin fronteras

Como homenaje a una de las voces más poderosas y lúcidas de la literatura mexicana del siglo XX, el Colegio de San Ildefonso abre la exposición “Un cielo sin fronteras. Rosario Castellanos: archivo inédito”, en la que gracias a su hijo, Gabriel Guerra Castellanos quien conservó su archivo personal, se explora desde la infancia de la escritora hasta su madurez intelectual.

La muestra reúne 125 piezas, entre cartas, fotografías, objetos personales, primeras ediciones y grabaciones de voz organizadas en cuatro núcleos temáticos: “Su modo de ser río, de ser aire 1925–1938”, que explora su infancia y el inicio de su adolescencia en Chiapas; “Yo ya no espero, vivo 1939–1947” aborda su regreso a la Ciudad de México; “Mujer de palabras 1948–1957”, que se enfoca en sus inicios profesionales, colaboraciones y primeros libros; y “Ese relámpago momentáneo 1958–1974” donde su madurez enfrenta las tensiones entre su vida personal en conjunto con su desarrollo profesional.

La exposición permanecerá abierta al público hasta el 24 de agosto de 2025.

Rosario Castellanos ha sido una figura importante en la literatura mexicana. Su obra se destaca por abordar aspectos ignorados o poco tratados en su tiempo, además de ser una de las pioneras del feminismo en México al redefinir el papel de la mujer dentro de la cultura. Su legado que trasciende fronteras permanecerá por siempre en la memoria y corazones de quienes la leemos.