Las mujeres sostienen al capitalismo
Sin las mujeres, no hay capital. Con ellas todo. Sin ellas nada. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó en su Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México en 2024 que “en promedio, las mujeres aportaron a su hogar el equivalente a 86 mil 971 pesos anuales por el trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados que realizan.”
Las mujeres sostienen al capitalismo. Lo hacen desde su hogar, dentro y fuera de él también. Cada familia se sostiene por una mujer. Cumplen con labores domésticas impuestas arbitrariamente y en ocasiones, cumplen con una doble jornada. Es decir, salen a trabajar de manera remunerada y regresan para cargar con el sistema de cuidados del hogar e infancias. Siempre con un pie en el espacio público y otro en el privado.
El INEGI enmarca en su comunicado que “el valor económico del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados reportó un monto de 8.4 billones de pesos, lo que equivale a 26.3 % del PIB del total de la economía.”
Maternan, lactan, le dan mantenimiento al hogar, ayudan con las tareas académicas, cocinan y no se les reconoce su inquebrantable labor, de la cual emana todo el mundo. Pues ellas lo mueven al ser pieza fundamental de cada hogar. Sin ellas no hay día, escuela, trabajo u hogar. Son el alma nutricia de la economía internacional.
De ahí la importancia de maximizar los espacios laborales femeninos, redistribuir las tareas del hogar, remunerar su labor doméstica y de cuidados al reconocer sus aportes en el ámbito público y privado hasta alcanzar visibilidad en la economía internacional y hacerlas acreedoras a una autonomía económica.