Jazmín Mendoza Padilla y Jaely Ocampo son dos talentosas artistas que confeccionan los vestuarios de los niños Dios. Para ellas, el Día de la Candelaria es la culminación de meses enteros dedicados a coser y diseñar hermosas vestimentas que engalanan a estas figuras de cerámica en su presentación ante Jesús.

Cada 2 de febrero las personas pertenecientes a la religión católica llevan a su niño Dios a la iglesia a bendecirlo. La ropa con la que los presentan es uno de los detalles más importantes ante esta celebración dictada por el Antiguo Testamento, en donde se dice que recién cumplidos los 40 días de vida, el niño debe ser presentado ante Jesús para ser bendecido.

Algunos de los trajes con los que son presentados se elaboran mediante procesos industrializados, pero muchos otros aún se realizan a mano; uno por uno.  Ahí es en donde entran las historias de Jazmín y Jaely, dos mujeres creativas, dedicadas a la confección, pero sobre todo, a resguardar la fe, el amor y la devoción de quienes celebran este día.

Michelle León.Vendimia en El foro.CDMX. 26 de enero de 2023.

Sus historias

Dentro de “El Foro”, un puesto de lámina negra, ubicado en la plaza central de Xochimilco, Jaely prepara las canastas que venderá para recostar las figuras del niño Dios, acompañada de su suegro, sobrina y suegra, cuenta su historia como confeccionista de vestimenta para la celebración del Día de la Candelaria: “mi suegra es la que nos inició en esto, su mamá le enseñó a bordar, diseñar y tejer los trajecitos, fue su herencia.”

A lado de ella, la señora Silvia, su suegra, afirma con la cabeza y agrega que las razones para dedicarse a hacer trajes viene de una mezcla de necesidad económica, interés, gusto por el diseño y motivación para mantener la tradición.

 Michelle León. Crear en familia.CDMX. 26 de enero de 2023. 

Hace 60 años comenzó esta historia, cuando la mamá de la sra. Silvia inició el negocio. Desde entonces, cuenta Jaely, toda la familia se involucró hasta llegar a una organización específica: cada quien elige los diseños en los que quiere trabajar y comienza a bordarlos. Tanto las nueras (entre ellas Jaely), sobrinas, hijas y nietas, como la propia señora Silvia y su esposo, participan. Una vez que el suegro de Jaely monta el puesto, el resto de las mujeres de la familia van a acomodar su mercancía para venderla.

Michelle León.Trabajo en miniatura .CDMX. 26 de enero de 2023. 

La historia de Jazmín es parecida, pues proviene de una enseñanza familiar. Ella solo lleva 5 años en el negocio, aunque el poco tiempo no hace menos el gran cariño que tiene por su oficio, pues en sus palabras, “es un día para que la gente muestre su fe y devoción al niño Dios”.

La mamá de Jazmín es quien comenzó con este trabajo, y ella, al verla, se  interesó en el diseño y la costura, agarrando retazos de tela sobrante de los trajes para los niños Dios de gran tamaño, y haciendo trajecitos pequeños con estos. Así es como descubrió su nicho de mercado: vestimentas para niños Dios miniatura.

“Visto a todos, desde los que vienen en los nacimientos para el pesebre, hasta los que vienen en las roscas de reyes, porque esos también son niños, y me encanta hacerlo porque los niños cambian cuando se visten, su carita como que se realza”, asegura Jazmín.

Michelle León.Jazmín,creadora de trajes miniatura.CDMX. 26 de enero de 2023. 

Cuando la economía pega

Pero no todo es color de rosa en este negocio; como en muchos otros comercios, la vendimia se vio afectada por la pandemia, sobre todo porque en el primer año —2020—, las  autoridades de la alcaldía Xochimilco cerraron el mercado y prohibieron el establecimiento de los puestos que se colocan en la explanada durante cada festividad como una medida de seguridad sanitaria ante el peligro de contagio por COVID-19.

Frente a esto, la familia de Jaely intentó sobreponerse vendiendo fuera de sus casas, pero no hubo muchas personas que compraran, pues tampoco se celebraban  misas para conmemorar el día; la economía familiar decaía y la cuarentena disminuía el flujo de gente en las calles.

Jazmín no ahondó mucho en su recuento de la pandemia, sólo aseguró que las ventas decayeron por el alza de precios, pero que poco a poco se iban recuperando.

“Las telas subieron a lo doble, hasta un poco más”, aseguran Jaely, su familia y Jazmín cuando hablan de las adversidades económicas que han tenido que enfrentar en estos últimos años.

Michelle León. Múltiples adornos componen el traje .CDMX. 26de enero de 2023. 

Y es que un traje no se hace solo con telas, estas creativas mujeres también deben de conseguir hilos, adornos, estambre, darle mantenimiento a sus máquinas de coser y, aunque la mayoría de estos materiales se consiguen en el centro de la Ciudad de México, lugar que es conocido por la venta en mayoreo de materias primas a buen precio, la verdad es que aún allí, el costo se vio incrementado.

La forma más sencilla de subsidiar esos gastos es el alza de los precios de los trajes, pero Jaely asegura que no es tan sencillo: “sólo podemos subir muy poco el precio del traje, porque si no, no [los] compran”.

Los costos varían desde los 70 hasta los 310 pesos, dependiendo del tamaño del niño (en el caso de Jaely) o de la complejidad y adornos del traje (para Jazmín, quien no vende trajes por variedad de tamaño, sino de diseño).

Resguardando la tradición

Aunque cada vez hay una mayor incorporación de las personas mexicanas a nuevas religiones, o dejan de adscribirse a una, estas mujeres buscan mantener viva la tradición del Día de la Candelaria a través de su trabajo, pues para ellas es más que una simple oportunidad de ganar dinero.

Dedicarse a la confección de los trajes para los niños Dios es una manera de honrar a quienes lo hicieron antes que ellas, es tener una conexión con la familia y poder compartir con ella una actividad que disfrutan realizar, es poder acercarse a la memoria y espíritu de sus antecesores; como en el caso de Jazmin, cuya madre falleció recientemente, pero la conserva presente costura a costura: “es una pasión y amor muy bonito que le tengo al niño. Me nace vestirlos, arreglarlos, seguir con una tradición de cada año”.

 Michelle León. Trabajos en miniatura de Jazmín.CDMX. 26 de enero de 2023. 

Conectar con el interés que tienen los vestuarios para su clientela. En Xochimilco, los trajes son muy importantes, ya que, dependiendo del tipo de trajecitos que les pongan, serán las bendiciones que tendrán las personas durante el año hasta que llegue el nuevo diciembre. La costumbre comienza cuando se arrulla al niño con su calzoncito pintado, hasta que los visten el 2 de febrero para presentarlo en la misa y recibir la bendición del sacerdote.

“Es algo bonito, ver la devoción de la gente que le tiene al traje; como al de San Charbel, que en su trajecito le ponen un listón y ese es el milagro que piden”, comparte Jazmín. Otros vestuarios muy famosos —de acuerdo con las dos confeccionistas— son el niño del doctor, el de los enfermos y de la salud, pues estos trajes le traen a la familia del niño al que se los ponen, salud y bienestar para todas las personas de su casa.

En este sentido, aseguran también que mucha gente les ha compartido diversas experiencias: desde las que dicen que a los niños no les ha gustado su traje y lo ha rechazado, haciendo que no le horme, por más que sea de su medida; pero también hay historias de gratitud, en donde gracias al amor y la esperanza de sus trajes, ese año han tenido muchos milagros.

Por todo esto, las artistas de la confección aseguran que: “es un orgullo lo que hacemos, que a la gente le guste es lo que nos llena, y cuando hay modelos que no gustan, la verdad es que si nos hace sentir mal, porque todo lo hacemos con gran amor y devoción, para conservar la tradición”.

 Michelle León.Ventas y tradición en la explanada de Xochimilco.CDMX. 26 de enero de 2023.