En el 2024, México avanzó significativamente en materia de aborto y derechos reproductivos. Sin embargo, nos preguntamos: ¿qué falta por hacer? Así que nos lanzamos a entrevistar a Diana Méndez, abogada e investigadora en GIRE, “Grupo de Información en Reproducción Elegida”, una organización que, desde 1992, se ha consolidado como defensora del acceso a los derechos reproductivos.


Diana nos compartió que llegó a GIRE con la esperanza de que algún día todas podamos acceder a un espacio seguro para recibir educación sexual y vivir un aborto libre y seguro: “Creo en luchar por el acceso a los derechos reproductivos para todas, porque todas merecemos contar con una atención integral y segura”.

Haciendo hincapié en el tema del aborto, le preguntamos: ¿cuál es el estado actual del aborto en México y cómo ha evolucionado a partir de la despenalización en el Código Penal?

“Creo que es un camino largo. Actualmente, solo siete estados han despenalizado el aborto por vía judicial, y aún hay cuatro en los que no se ha completado la reforma en sus congresos ni en el Código Penal Federal. Es un gran reto, y seguimos caminando hacia hacer del aborto un servicio de salud accesible y reconocido como parte de la salud reproductiva.

A veces, hablar de aborto sigue siendo complicado. Pienso mucho en las narrativas que existen y en cómo persisten ideas negativas, como si hubiera algo ‘malo’. Normalmente no escuchamos historias de abortos felices o sin remordimiento; aún hay una carga en ese tema, y siento que nos queda mucho por recorrer para normalizarlo. Sin embargo, también creo que hemos avanzado bastante. Por ejemplo, la reciente iniciativa en la Ciudad de México para la despenalización total es muy significativa. Imaginar cómo hace 17 años estábamos luchando por la despenalización hasta las 12 semanas y ahora es total… ¡es un sueño cumplido! A pesar de que aún tengamos que avanzar, tenemos más esperanza y avances que al inicio de esta lucha”.

Concordamos totalmente con esta visión, y también nos surgió la duda: ¿a qué obstáculos se han enfrentado como organización? Y, sobre todo, ¿cómo han vivido ustedes esta lucha?

“Creo que uno de los grandes retos, o una gran área de oportunidad, es la despenalización social. Hemos logrado la despenalización en algunos códigos penales, pero siento que algo en lo que debemos avanzar rápidamente —y lo digo desde una opinión personal— es en la despenalización social. Desde GIRE estamos trabajando en eso, tratando de acercarnos a las personas desde espacios no tradicionales. Por ejemplo, hemos realizado talleres de bordado en los que, mientras tejemos, hablamos del tema del aborto. Esto nos permite compartir experiencias de una forma más cercana y menos formal.

Recuerdo una actividad en la que participaron mujeres de distintas generaciones. Había mujeres adultas mayores que hablaban por primera vez sobre el tema del aborto, compartiendo sus experiencias entre emociones y temores. Esto me hizo ver que, aunque en algunos círculos feministas o activistas se habla libremente del tema, en otros contextos sigue siendo algo tabú. Necesitamos llegar a esos lugares y, en lo personal, mi aspiración es que el trabajo de las colectivas y las acompañantes siga avanzando y fortaleciéndose”.


En cuanto a la educación, le preguntamos sobre las estrategias o proyectos actuales de GIRE para educar a la población o informar sobre el aborto y derechos reproductivos.

“Justo el 10 de octubre lanzamos un micrositio llamado Aborto en papiroflexia. Este sitio es el resultado de un esfuerzo por condensar toda la información relevante sobre el aborto en un solo lugar accesible para todas y todes. Está dividido en secciones como preguntas frecuentes, mitos sobre el aborto, información sobre la objeción de conciencia y datos actualizados sobre las entidades en las que ya se ha despenalizado el aborto. También incluye cuadernillos descargables para facilitar el acceso a la información.

Una de las secciones que me gusta mucho es el directorio de colectivas y aliadas, que incluye información de contacto para quienes necesiten acompañamiento en distintas partes del país. Además, tenemos una línea del tiempo que muestra las resoluciones más importantes de la Suprema Corte en materia de aborto, y el directorio de servicios de aborto seguro, donde se listan las instancias estatales que ofrecen el servicio.

Nos esforzamos mucho para que fuera accesible y con un lenguaje claro. También hay una sección de datos estadísticos, que se actualizan cada cuatro meses con los datos sobre los abortos realizados en los estados donde ya está despenalizado, desagregados por edad, método, semanas de gestación, entre otros. La idea es la información transparente y ponerla a disposición de cualquier persona interesada”.

Finalmente, le pedimos a Diana que compartiera un mensaje para aquellas mujeres que hoy enfrentan decisiones importantes sobre su salud reproductiva, especialmente en un contexto en el que a menudo se enfrentan a violencia y a la falta de acceso a derechos fundamentales. En su respuesta, Diana destacó la importancia de que las mujeres nos apropiemos de nuestras cuerpas y tomemos decisiones libres, sin interferencias externas sobre nuestra vida y salud reproductiva.

Rescató también la importancia de recuperar el conocimiento y las prácticas tradicionales de cuidado como una vía de empoderamiento, además de reconocer la labor de las acompañantas, quienes hoy son reconocidas por la OMS como parte del personal capacitado para brindar un servicio de aborto seguro.

Durante la conversación, surgió una reflexión profunda sobre la posibilidad de acompañar el aborto en un entorno seguro y comunitario. Diana compartió una experiencia en la que el acompañamiento se dio entre amigas, en un ambiente cálido y seguro, como una “pijamada”. Una experiencia que nos hace pensar en otras maneras de vivir este proceso, que muchas veces se experimenta de forma fría y distante en las instituciones de salud, pero de forma amorosa y acompañada.

Terminamos con un mensaje esperanzador, entendiendo que se puede dar un acompañamiento y acuerpar con ternura radical desde espacios seguros, además de recordar todo el avance que se ha alcanzado.

Aunque la lucha sigue, hoy es una realidad aquello que nuestras abuelas o ancestras soñaban. Hoy no es un sueño; son realidades que se tejen de amor y ternura, en que nuestras cuerpas no sean cuestionadas, sino protegidas.La