Los cuerpos de las mujeres son blanco para los dolores. Desde el destierro del paraíso, el dolor fue vinculado al cuerpo de las mujeres. Ellas tendrían que padecer el castigo del pecado, de ellas tendrían que venir la redención.

De ahí que existan prácticas culturales como la Mutilación Genital Femenina (MGF) para conservar la castidad. La MGF es la eliminación parcial o total de los órganos sexuales externos de las mujeres como símbolo de pureza forzosa, que les permite a los hombres identificar a las mujeres ‘valiosas’.

Las secuelas corporales duran muchos años. La principal es la incapacidad de tener relaciones sexuales placenteras, sumando a ello que la recuperación psicológica es compleja debido al trauma.

La MGF transgrede los derechos humanos de las mujeres y niñas. En el mundo es una práctica vigente.

La intervención mundial para erradicar esta práctica se basa, en su mayoría, en palabras, ya que la autonomía de cada Estado limita las posibilidades de acción. Depende de cada líder atender el tema y actuar para erradicarla.

Es por todo esto que la MGF es una violacion a los derechos humanos y una expresión poder que los hombres impusieron sobre las mujeres al pensarse dueños de ellas, de sus cuerpos.

¡Basta de que la cultura patriarcal se imponga!