La temporada de fútbol americano 2024-2025 está por dar inicio de manera oficial este 5 de septiembre (aunque ya se han jugado varios partidos de pretemporada), y con ella, parece ser que se dará continuidad a un fenómeno que dio comienzo la temporada pasada: la integración de miles de niñas y mujeres a las filas de espectadores de este deporte.

Durante décadas, la National Football League (NFL), como empresa que está siempre en la búsqueda de mejorar su capital (o en otras palabras, hacerse cada vez más rica), ha buscado integrar a la audiencia femenina a sus filas de seguidores de diferentes maneras, ya que, como menciona un artículo del periódico El Economista en 2014, ellas son factores decisivos en productos de consumo, esto es, que las mujeres suelen ser las que deciden si se compra mercancía de algún equipo de fútbol o no, si se realizan compras de botanas especiales para disfrutar de los partidos, e incluso si se ve el partido en la TV o no, sobre todo si es en un horario familiar.

Las mujeres y el fútbol americano a través de los años

Los esfuerzos más recientes (antes de que las cosas cambiaran la temporada pasada) de la NFL por conseguir mayor audiencia femenina, se pueden rastrear hasta el 2012, cuando la Liga realizó el estudio Female Spectators and Influencers con el fin de conocer mejor a este nicho, y saber cómo atraerlo, no obstante, parece ser que ese y otros esfuerzos de años posteriores, se enfocaron en tener a las mujeres como consumidoras solamente de mercancía oficial, o de marcas con las cuales la NFL pudiera asociarse para tener cierta ganancia,  como fue el caso de la instalación de un Victoria´s Secrets en el estadio del equipo de Los Vaqueros (Cowboys) de Dallas, pero nunca enfocaron estrategias específicas para hacer a las mujeres parte de la afición por el deporte tal cual.

En cuanto a la integración de las mujeres en roles relevantes dentro de la liga estadounidense, fue hasta 2020 que una mujer llamada Katie Sowers llegó a ser asistente de entrenador en el Super Bowl, y hasta 2021 que existió la primera árbitra en regular los playoffs, llamada Sarah Thomas.

A las mujeres, ¿no les gusta el fútbol americano?

De acuerdo con estadísticas de la revista mexicana de deportes Récord, la temporada de 2023 fue la más vista por mujeres en 20 años, con un incremento de audiencia femenina del 9%. Lo anterior no quiere decir que antes no hubiera mujeres que disfrutaran ver partidos de fútbol americano, por el contrario, datos de la consultora de marketing y medios Ebiquity, publicados por CNBC, registran que ha existido un aumento del 26% en audiencia femenina de 2009 a 2013; pero a pesar de ello, este sector de la población no marcaba un mercado significativo, pues no se involucraban al punto de crear tendencias en redes para hablar de un partido, diseñar mercancía de sus jugadores favoritos, reunirse en lugares públicos como restaurantes, o hacer fiestas privadas con amistades para disfrutar del juego.

Pareciera entonces que los estereotipos de género se cumplen: al ser un deporte rudo y agresivo, con “reglas muy complejas” para entender a la primera, no es algo que disfruten de ver todas las mujeres, por tener unos gustos más “sensibles”.

Sin embargo, la explosión de interés en la temporada anterior de la NFL por parte de mujeres y niñas nos muestra una realidad muy distinta: el potencial para capturar la atención de la audiencia femenina está allí, solo que previamente no se había logrado la mezcla de ingredientes adecuada para ello.

Si se suma la existencia de una personalidad femenina (como lo es Taylor Swift), que muestra que una mujer “girlie” es capaz de disfrutar de un partido de tres horas a su manera, sin que le importen las críticas que reciba por ello, con la creación de una narrativa de historia de amor digna de las mejores premiaciones de cine (como la de Travis Kelce, jugador de los Kansas City Chiefs con Taylor), y la existencia de contenidos como podcast o documentales que introducen a las nuevas fans a las narrativas de amor y superación personal de muchos de los jugadores que tienen vínculos filiales con la pareja: como es el caso de Jason Kelce, hermano de Travis y jugador retirado de las Philadelphia Eagles; o el de Patrick y Brittany Mahomes, se tiene como resultado la mezcla idónea para llamar la atención de mujeres, niñas y cualquier amante del storytelling.

Captura de pantalla del vídeo de la usuaria @k.4roll_ en tik tok, muestra cómo ver partidos se convirtió en algo que hacen las mujeres.

En resumen, lo que da pie a que este boom de la afición femenina en un deporte estereotípicamente masculino es la incorporación de una figura pública femenina poderosa a la liga que permite la creación de un espacio seguro en el cual las mujeres puedan ser fanáticas del deporte sin sentirse amenazadas por las críticas.

NFL (feminst’s version) y otras mentiras que la mercadotecnia nos ha vendido

Ahora bien, la NFL notó este potencial desde el primer partido en el que, por la presencia de la cantante, los números de espectadores (tanto hombres como mujeres) y de espectadoras femeninas (en particular), se incrementaron exponencialmente, y decidió aprovechar el impulso que no había podido obtener por sí mismo (en cuanto a público femenino se refiere) para crear una fidelidad de marca con las mujeres, utilizando técnicas como cambiarse su nombre de usuario a uno que las fanáticas de Taylor reconocieran, crear contenido explicativo de jugadas dedicado a mujeres, poner fotos de la cantante en sus perfiles en redes y mostrarla a ella en pantalla en cada momento que se pudiera.

Captura de pantalla de la cuenta de “X” de la NFL durante mediados de septiembre y octubre, después de que Taylor Swift apareciera en el partido de los Chiefs Kansas City

Captura de pantalla de la cuenta de “X” de la NFL durante mediados de septiembre y octubre, después de que Taylor Swift apareciera en el partido de los Kansas City

Todos estos cambios y otros iniciaron una serie de discursos, por parte de la propia NFL, medios de comunicación y otras personas dedicadas a la creación de contenidos, que buscaban hacer sentir aceptadas a las mujeres en este espacio masculinizado, y aunque no se hicieron esperar quienes consideraban la intromisión feminina una ofensa, a grado de caracterizar a las nuevas fanáticas del deporte como locas u obsesivas, la tendencia giraba más hacia una aceptación de la audiencia que por años se había cortejado sin grandes resultados.

Este recibimiento con brazos abiertos de mujeres y niñas tiene sentido dentro de la lógica de marketing y ventas, pues no vas a repudiar a un grupo que te está otorgando 331.5 millones de dólares en ganancias, entre las que se encuentran las que se derivaron de la publicidad de productos de belleza durante el Superbowl. Al menos no directamente.

Captura de pantalla tomada del anuncio de Cetaphil #GameTimeGlow en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=XhybTrAJqK8 

Sin embargo, el apoyo impulsado por el mercado tiene un límite, lo cual se mostró cuando uno de los jugadores de los Chiefs, durante la offseason dio un discurso al estudiantado que se graduaba de una universidad católica, cuyo contenido cuestionaba la pertinencia de las mujeres en cualquier ámbito que no fuera el del hogar y la familia, despreciaba el derecho al aborto y a la comunidad LGBTQ+, entre otras opiniones políticas que iban en el mismo tenor.

Muchas personas argumentaron que el contexto en donde dio el discurso (una institución de la derecha conservadora) empata con el contenido, por lo que no debe de ser reprobado por ello. No obstante, es necesario contemplar que, incluso en la temporada baja, los jugadores representan a la NFL y sus valores, por lo que tienen la obligación de comportarse bajo el margen que establecen los estatutos de esta organización. Él dio su discurso debido a la fama que le brinda ser miembro de un equipo, por lo que lo que dice lo hace como figura pública representante de ese equipo.

Muchas de las nuevas fans del fútbol americano y del equipo de Kansas se sintieron ofendidas por lo que se dijo en ese discurso, como lo demostraron en varios comentarios que dejaron en sus redes sociales propias y en las del equipo, y este enojo aumentó  al ver que pasaron varios días antes de que se viera una respuesta por parte de algún representante de la organización de los Chiefs o de la NFL.

Mientras que la NFL, a través de un comunicado en redes por parte del director de diversidad e inclusión de la liga, aseguró que “las opiniones de Butker no son las de la NFL como organización. La NFL es firme en nuestro compromiso con la inclusión, que solo hace más fuerte a nuestra liga”, el entrenador, el quarterback y el ala cerrada de los Chiefs comentaron de su compañero que era un gran jugador, un buen compañero de equipo, aun cuando tuviera ideologías con las que no siempre están de acuerdo.

¿Fue esta respuesta suficiente para la recién adquirida afición femenina? Por un tiempo pareció que no. Si bien el comunicado de la NFL fue mejor recibido que los comentarios de miembros del equipo, la opinión pública se inclinaba hacia decir que había sido “muy poco, muy tarde”. Todo sonaba más como una justificación de por qué no se podía retirar a este personaje de participar como miembro del equipo (petición que incluso se hizo viral en Change.org, recaudando más de 259 mil firmas para que Kansas lo despidiera) que como un rechazó de lo que se dijo.

A pesar de haberse apropiado del marketing swiftie, el equipo que se vio más beneficiado por este boom de fans mostró que, en realidad, sigue siendo una empresa patriarcal, que  actúa como cofradía. Cada uno de sus miembros protege al otro, sin denunciar los abusos que causen, incluso llegando al punto de ocultarlos, todo con tal de cumplir con el pacto patriarcal que les permite seguir manteniendo el poder, dentro de la liga y a nivel social.

¿A qué le están llamando feminismo hoy en día?

Con el paso de las semanas, y el bombardeo que se encargó de hacer el equipo afectado con contenido del miembro más querido de entre ellos (por su asociación con la 14 veces ganadora del Grammy), el incidente fue olvidado por el público femenino. No obstante, aún queda una reflexión que puede hacerse sobre lo acontecido.

Hoy en día existen miles de contenidos en redes que dicen ser dedicados a las mujeres, o que tienen ciertas tendencias “feministas”. Sin embargo, debemos tener cuidado como audiencia al consumir los discursos que nos venden las empresas de entretenimiento, pues todas ellas funcionan bajo una dinámica capitalista de interés por encima de causas sociales o defensa de los derechos de un grupo social en particular.

Aún cuando la NFL nunca se etiquetó como feminista, todo el discurso que contruyó alrededor de una figura pública que ha alzado la voz sobre esta y otras causas sociales, hace que sea leído con ciertas expectativas por simple asociación; y ello conlleva un riesgo como audiencia: el de consumir sin cuestionar lo que impulsa a una empresa a hacer ciertas afirmaciones. 

Con lo anterior no se niega el derecho a seguir consumiendo el deporte que esta liga ofrece, pero si se sugiere un acercamiento crítico al realizar una afiliación con una marca. Si se es consciente de su lógica, se pueden después tomar acciones para empujar a una empresa de entretenimiento del tamaño de la NFL a cumplir con lo que establece en la teoría: una verdadera inclusión que permita a más mujeres ser head coaches y no solamente asistentes de entrenadores, que haya más árbitras, que se saque de sus equipos a quienes violenten en discurso o actos a otras personas, sin importar su talento, y, por qué no, que se impulse la integración de mujeres como jugadoras a la liga.