A lo largo de las últimas décadas se han experimentado importantes cambios sociales. En relación a lo que conforma el trabajo, han habido movilizaciones para la mejora de las condiciones laborales, los derechos y la lucha por  la equidad de género, sin embargo, aquellos cambios, no abarcan a todas las sociedades, a todos los géneros, ni todos los trabajos.

El pasado 22 de julio se conmemoró el Día Internacional del Trabajo Doméstico, una fecha destinada a reconocer y valorar el trabajo que millones de personas, principalmente mujeres, realizan a diario en sus hogares. Esta fecha fue declarada en 1983 al celebrarse el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Lima, Perú.

¿Qué es el trabajo doméstico?

Es una serie de diversas actividades que son fundamentales para el bienestar de los hogares. Estas incluyen la limpieza de áreas, ropa, utensilios y la preparación de alimentos; entre otras no menos importantes está el cuidado de las personas pertenecientes a la familia (crianza y educación de las y los  niños, y cuidados a adultos mayores o con discapacidades). Estas tareas son importantes para la vida diaria y en muchos casos permiten que otros miembros de la familia tengan un mejor desarrollo profesional,  académico y social, o realicen actividades fuera del hogar sin preocupaciones.

Hablemos de cifras

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 92.1% de las personas que se dedican al trabajo doméstico en América Latina son mujeres. 

INMUJERES arroja la estadística de que en México el 72.0% del tiempo que los hogares destinaron a las labores domésticas y de cuidados, lo aportaron las mujeres.

Según datos del INEGI, en México las mujeres dedican al trabajo doméstico no remunerado un promedio de 42.3 horas semanales, mientras que los hombres sólo destinan 15.2 horas.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo dice que en América Latina (PNUD) el trabajo no remunerado equivale al 21% del PIB. Mientras que en otros países, según datos de la OIT, el trabajo doméstico no remunerado representa entre el 10% y el 39% del Producto Interno Bruto (PIB).

Una invitación a concientizar

Históricamente, estas tareas han sido asumidas en su mayoría por mujeres, y esto hace que se limiten sus oportunidades educativas, laborales y sociales. Aún existen impedimentos sociales y culturales que minimizan la importancia del trabajo doméstico y, si no se tiene una distribución correcta de esta labor,o se mantienen los estereotipos de género y la desigualdad que conlleva. 

En el Día Internacional del Trabajo Doméstico y en nuestro día a día, es importante concientizar, visibilizar y valorar estas actividades, ya que son el sostén de una gran parte de nuestra economía. Es esencial promover una distribución equitativa de las tareas del hogar para lograr la igualdad de género, así como seguir exigiendo derechos laborales y condiciones dignas para las trabajadoras domésticas, tanto remuneradas como no remuneradas.